La Fed retrasará la subida de tipos

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Por Adam Button @FX_Button., editor jefe en ForexLive

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Ayer por la mañana, la Reserva Federal desayunó una dosis de realidad antes de una reunión que durará dos jornadas. El pedido de bienes duraderos fue terrible.

No sólo el dato general, sino también los detalles y las revisiones. Los pedidos cayeron un 3,4% en comparación con la subida del 0,3% los que se expiraba. Pero esta cifra por sí misma no ayuda a explicar lo negativo del dato. El informe anterior se revisó a -2,1% desde -0,7%. También es el quinto mes consecutivo de lecturas planas o negativas.

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Si analizamos el informe completo, veremos que fue mucho peor.

Los envíos son un factor clave del PIB, pero también los envíos no defensa ni aviones cayeron un 0,2%, comparado con la esperada subida del 1%, a lo que hay que sumar la revisión muy negativa del anterior a -0,6% desde 0,2% positivo. Así pues, hay que bajar la lectura del PIB del cuarto trimestre unos cuantos tics.

Pero si admiramos más allá veremos que la cosa aún es peor. Quizá lo peor de todo sea la inversión empresarial (bienes capitales no defensa ni aviones), que cayó un 0,6% en comparación con la esperada subida del 0,9%. Una vez más, se añade la revisión de los datos de noviembre al 0,6% negativo desde el 0,0%. Es la cuarta caída consecutiva, con lo que el nivel de inversión empresarial total apenas supera al de noviembre de 2013.

La Reserva Federal debería reconsiderar cualquier decisión hacia un endurecimiento de los tipos, y seguramente es lo que hará.

Hay muchas razones para esperar. Las economías de los países extranjeros no están para tirar cohetes y el dólar se ocupara de la inflación, lo que realmente no es nada si consideramos la caída del precio de las materias primas.

Demás, la solidez del dólar durante las últimas semanas podría provocar nuevos datos negativos de inversión empresarial. Las ganancias del cuarto trimestre del año pasado han sido bastante regulares. Caterpillar, Pfizer, Proctor & Gamble, Microsoft, UTX y DuPont han avisado de la bajada de beneficios a causa de la fortaleza del dólar. Todo parece que ha empeorado para la divisa desde finales de aquel trimestre.

 ¿Qué pasa con el mercado FX si la Fed vuelve a un tono más neutral?

En este momento, lo más probable es que la Fed mantenga su retórica de siempre: tener paciencia para ordenar una subida de tipos. Esto les dará tiempo hasta marzo para evaluar la situación y, para entonces, la tendencia ya estará más clara.

En esta ocasión, la pista definitiva podría venir más de la mano de los comentarios de las autoridades de la Reserva entre reunión y reunión que de la declaración oficial en sí.

Si la Reserva Federal decide emprender un sendero más “dovish” y deja de hablar de una subida de tipos a mediados de año, el dólar americano se situará en una posición más vulnerable. La negociación de esta divisa está sobresaturada, y un cambio en la retórica de la Fed podría estrangular las posiciones cortas de golpe, lo cual redundaría en beneficio del euro y en detrimento del USDJPY.

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Aguardando al FOMC: el EURUSD se consolida

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Por Greg Michalowski @GregMikeFX, director de análisis técnico y formación al cliente en ForexLive

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De momento, el EURUSD se opera en un rango muy estrecho, de tan solo 59 pips frente a la media de los últimos 22 días de mercado, que es de 123 pips. Así pues, hay espacio de sobra para moverse, ya sea hacia arriba o hacia abajo. Sin embargo, también hay que tener en cuenta que los rangos de la mayor parte de los pares de divisas hoy están muy por debajo de sus medias de 22 días, ya que los traders se están tomando un respiro tras la volatilidad de las últimas semanas.

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Otro factor que contribuye, huelga decirlo. es que los traders tratan de ganar tiempo hasta que el FOMC anuncie su decisión sobre tipos de interés dentro de unas horas, en concreto a las 2 de la tarde hora de Nueva York. La Fed espera mantener intacta su política. La cuestión es si la decisión se inclinará hacia un tono más “dovish” como resultado de la bajada de los precios de las materias primeras y del petróleo, el cambio en la rentabilidad de los bono soberanos de EE UU y otros países y el impacto potencial de la fortaleza del USD. Todo esto podría hacer cambiar el próximo movimiento de la Reserva Federal. Por otro lado, la presidenta Yellen no ofrecerá rueda de prensa después de anunciarse la decisión, y ello, junto con los últimos acontecimientos en Europa aún frescos en la mente de los inversores, los datos de empleo en EE UU, relativamente fuertes, y una bolsa que sube y baja pero que en general se mantiene estable, probablemente dará a la Fed la oportunidad de detenerse a a pensar y a aguardar a ver qué sucede en marzo. Como ha comentado antes Adam Button en su excelente análisis, podríamos estar dentro de aquellos ciclos en los que todo lo que se dice entre reunión y reunión podría ser más importante de lo que podría decirse hoy. Así pues, todo dependerá de la interpretación de los mercados.

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Mientras tanto, analicemos la situación del EURUSD desde el punto de vista técnico. El par se muestra

  • Más bajo (cierre en 1,1379) – bajista
  • Por debajo de 1,2372, que es el mínimo de noviembre de 2003. El máximo de hoy se ha extendido hasta 1,1378 pero no ha habido ningún cierre horario sobre 1,1372. También es señal bajista
  • Se mantiene bajo el retroceso del 50% de la bajada que partió del máximo de la semana pasada y se prolongó hasta el mínimo de esta semana en 1,1381. Ayer, el par escaló sobre este nivel y cerró por encima, pero solo en una barra horaria. Una nueva señal bajista.

En el lado alcista, el par

  • Se halla sobre la MM de 100 horas (línea azul en el gráfico superior), ahora en 1,13052.
  • Y también sobre el retroceso del 38,2% de la misma acción bajista que arranc´del máximo de la semana pasada en 1,1394.

También el lunes, el precio del EURUSD marcó nuevos mínimos tras las elecciones griegas, pero poco después se inició un rally alcista. Ayer, el par continuó la corrección alcista y aguantó el soporte en lo que yo consideraba un nivel técnico. Como resultado, hoy vemos algunos factores técnicos más equilibrados a medio plazo.

Yo diría que la acción del día, en la que el precio no trata de remontar sobre la MM de 200 horas (línea verde en el gráfico superior), sugiere que el impulso alcista que hemos visto en la primera mitad de esta semana se está desvaneciendo. En un mercado en tendencia, esto crea algunas señales de alarma en potencia (la tendencia general de este par sigue siendo bajista).

Sin embargo, si los cortos quieren reafirmar su papel dominante en este mercado, aún deben empujar al precio bajo la MM de 100 horas (línea azul en el gráfico superior) y confirmar. Más allá tenemos 1,1209, otro nivel clave que se corresponde con el 61,8% de la subida que partió del mínimo de 2000 y se prolongó hasta el máximo de 2008. El lunes, el precio volvió a escalar sobre este nivel, pero ayer el mínimo solo consiguió llegar a 1,1222. Si el precio consigue volver a caer bajo esta línea en las próximas horas, tendremos una nueva señal bajista que añadir al panorama general.

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Ahora mismo, el riesgo más evidente para los vendedores es una nueva acción sobre 1,1372 y, posteriormente, del retroceso del 50% en 1,1388. Con el precio actual entre la MM de 100 horas (abajo) y el nivel de riesgo de 1,1372 (arriba), creo que los nuevos traders deberían tener paciencia y esperar. Es probable que el precio se opere en ambos sentidos antes de pronunciarse el FOMC. Además, aunque ahora mismo me inclinaría más por apostar hacia abajo, los flujos que imperan en el mercado antes del evento pueden influir sobre el devenir del precio. Así pues, prefiero mantener el riesgo tan contenido como sea posible en las nuevas operaciones. Los cortos contra el 50% tienen un buen punto con el riesgo bien definido. Los largos… francamente, no les irá del todo mal siempre y cuando el precio se mantenga sobre la MM de 100 horas. Pero me preocupa que la tendencia de largo plazo siga siendo bajista y que la corrección que hemos visto estos días haya puesto punto final a alguna de estas sobreventas. Recordemos que hemos subido 322 pips desde mínimos.

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Pausa para cortos de EURGBP en la MM de 200 meses y el soporte de 2006

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Por Ryan Littlestone, ForexLive

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Hay muchas posiciones cortas de EURGBP desde 2013. De momento, podría ser que aún valiera la pena mantenerlas, pero el tiempo y el panorama técnico empiezan a acuciar.

Creo que la luz verde definitiva a los cortos será si o cuando se decida qué hacer con los tipos de interés en Gran Bretaña. Si echamos un vistazo a los gráficos, veremos que hay niveles potencialmente muy fuertes que habría que perforar para que el precio pueda continuar cayendo. Son lo suficientemente fuertes que me obligan a evaluar mis posiciones cortas actuales y a decidir si saco algunas, o incluso todas ellas, de la ecuación.

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La media móvil de 200 meses se ha encontrado con la línea de soporte de junio de 2006 alrededor de 0,7370. Un poco más abajo tenemos el Fibonacci del 61,8% de la subida que arrancó en 2000 en 0,7254, un antiguo nivel de resistencia por ser también el máximo de 2003 y se paseó cerca de los máximos semanales de noviembre y diciembre de 2007 antes de romper hacia la zona de 0,80.

Si no tuviera posiciones cortas lo que yo haría es entrar en largo desde estos niveles. Incluso puede que me decida por esa alternativa y cambiar mis posiciones. Claro que todo es cuestión de gestión del tiempo, de modo que vamos a examinar algunos de los factores y qué hay a favor y qué en contra de mantener una posición corta.

A favor

  • La economía británica está bastante sólida, de modo que una subida de los tipos de interés sigue estando sobre la mesa
  • Incluso si se retrasa la subida de tipos, sin duda se hará antes que en Europa
  • El euro en general sigue bajo la presión del paquete de medidas de estímulo del Banco Central Europeo
  • Hay más riesgo de inflación en Europa que en el Reino Unido

En contra

  • Podría suceder que la QE del BCE termine por definir un suelo dependiendo de cuánto caiga la inflación y del panorama económico
  • Si Europa consigue recuperarse, el efecto general será mayor que en Gran Bretaña, lo cual haría subir al EURGBP
  • El euro lleva bastante tiempo cayendo y nada cae eternamente; además, se está acercando a la escala de caída que observamos cuando se inició la crisis
  • Aunque temporalmente, unas elecciones en Gran Bretaña podrían actuar en detrimento de la libra

En general, aún veo que las posiciones cortas pueden ser positivas, pero a medida que nos aproximamos a esos niveles y se acercan las elecciones en Gran Bretaña, podría ser mejor idea apostar por una posición larga en anticipación de una caída del valor de la libra y luego cambiar a corto tras el resultado de las elecciones y en vistas a una subida de tipos por parte del BoE.

Lo primordial aquí es que los factores técnicos no pueden ignorarse si estamos a corto, de modo que hay que analizar cómo sacar beneficio de todo esto aprovechando los niveles del mejor modo posible. Ser flexible es fundamental en trading, incluso si en un momento dado nos va en contra.

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El aplanamiento de la curva de rendimientos indica que la Fed retrasará la subida de tipos

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Por Ashraf Laidi @ailaidi, jefe de estrategia global de City Index

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Las bolsas norteamericanas están aceptando poco a poco la realidad: la tan esperada subida de tipos de interés de la Reserva Federal no va ser posible en el calendario esperado, tras los datos de pedidos de bienes duraderos de Estados Unidos, que cayó en diciembre un 3,4% tras preverse una subida del 0,3%. La subida del 11,6% en el dato de ventas de viviendas de primera mano en diciembre no bastó para darle la vuelta a las ventas en el mercado, iniciada por los malos resultados de Caterpillar (-7,1%) y Microsoft (-9,6%,) debidas a la desaceleración del crecimiento global y al impacto negativo de la fortaleza del dólar sobre los mercados.

El índice industrial Dow Jones cayó más de un 2%, circunstancia que no veíamos desde octubre. Los bonos soberanos reanudaron sus ventas, lo cual apoya nuestra teoría, que sostenemos desde diciembre, de que la Reserva Federal no va a subir tipos todavía.

Cuidado con el aplanamiento de la curva de rendimientos

La curva de rendimientos de los bonos soberanos americanos, medidas por la diferencia entre las rentabilidades de los bonos a 10 y a dos años o de cinco y 10, se ha estrechado 30 puntos básicos (en el spread 10-2) desde el 18 de diciembre. Un aplanamiento tan rápido en sólo cinco semanas apunta a que podríamos empezar hacer una curva invertida o negativa a finales de febrero.

La señal de la curva de rendimientos

Una curva de rendimientos negativa indica que la economía se está desacelerando, y a menudo augura una recesión. La curva negativa nos indica que la rentabilidades de corto plazo son más altas que las de largo plazo, ya que los inversores en bonos soberanos esperar una bajada de los tipos de interés en el futuro. Históricamente, las inversiones de la curva de rendimientos han empezado a producirse de 12 a 18 meses antes de una recesión.

En el tramo más largo de la curva, los inversores en bonos ya no valoran la posibilidad de una subida de la inflación porque anticipan una desaceleración. El papel de la curva plana a la hora de señalar una desaceleración en el crecimiento fue especialmente evidente en mayo de 2007, pues su mensaje era claramente contradictorio con los récords que entonces se producían en la bolsa americana. Los inversores en bolsa cayeron en el error cuando la economía se desaceleró ese año y la Reserva Federal se vio obligada a bajar tipos de interés tres meses después. El gráfico muestra la inversión de la curva en enero de 2007, cuando los intereses de corto plazo estaban demasiado elevados en relación con el panorama de los mercados de deuda soberana, como puede observarse claramente.

Lo que dijimos en marzo de 2014 sobre las curvas planas y la bolsa

“Los traders deberán vigilar de cerca la forma general de la curva de la rentabilidad de los bonos soberanos norteamericanos, ya que cualquier aplanamiento de estas curvas podría provocar temores de una nueva recesión y de un próximo crash del mercado. Lo bueno es que estamos a seis-nueve meses del día del ajuste de cuentas y no es probable que estas ventas del 5-7% en las bolsas vayan mucho más allá por ahora”.

Nueve no pero 10 meses después, la curva de rendimientos muestra la forma más aplanado desde 2009 y las bolsas han entrado en el ciclo de máximos más bajos en medio de preocupaciones por la desinflación y la poca credibilidad de EE UU para manejar cualquier subida de tipos a corto o medio plazo.

A medida que nos acercamos a las declaraciones del comité de política monetaria de la Reserva Federal, que conoceremos hoy mismo miércoles, las probabilidades de que se produzca un cambio a “dovish” en el tono de la reserva se han incrementado especialmente, ya que es probable que se mencione el impacto negativo de la subida del dólar. Recordemos que el Dow Jones subió 274 puntos el 8 de enero, el día que las actas de la Reserva Federal revelaban preocupaciones sobre el impacto de la subida del dólar en las compañías del país. Si el tono se muestra mucho más pesimista, podríamos ver el clásico efecto de una subida de las bolsas y también de los pares con yen, a excepción del USDJPY, pero los cortos de euro permanecerán atentos y podrían producirse nuevas ventas cerca de 1,1650.

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(English) What the World Will Speak in 2115

In 1880 a Bavarian priest created a language that he hoped the whole world could use. He mixed words from French, German and English and gave his creation the name Volapük, which didn’t do it any favors. Worse, Volapük was hard to use, sprinkled with odd sounds and case endings like Latin.

It made a splash for a few years but was soon pushed aside by another invented language, Esperanto, which had a lyrical name and was much easier to master. A game learner could pick up its rules of usage in an afternoon.

But it didn’t matter. By the time Esperanto got out of the gate, another language was already emerging as an international medium: English. Two thousand years ago, English was the unwritten tongue of Iron Age tribes in Denmark. A thousand years after that, it was living in the shadow of French-speaking overlords on a dampish little island. No one then living could have dreamed that English would be spoken today, to some degree, by almost two billion people, on its way to being spoken by every third person on the planet.

Science fiction often presents us with whole planets that speak a single language, but that fantasy seems more menacing here in real life on this planet we call home—that is, in a world where some worry that English might eradicate every other language. That humans can express themselves in several thousand languages is a delight in countless ways; few would welcome the loss of this variety.

But the existence of so many languages can also create problems: It isn’t an accident that the Bible’s tale of the Tower of Babel presents multilingualism as a divine curse meant to hinder our understanding. One might even ask: If all humans had always spoken a single language, would anyone wish we were instead separated now by thousands of different ones?

Thankfully, fears that English will become the world’s only language are premature. Few are so pessimistic as to suppose that there will not continue to be a multiplicity of nations and cultures on our planet and, along with them, various languages besides English. It is difficult, after all, to interrupt something as intimate and spontaneous as what language people speak to their children. Who truly imagines a Japan with no Japanese or a Greece with no Greek? The spread of English just means that earthlings will tend to use a local language in their own orbit and English for communication beyond.

But the days when English shared the planet with thousands of other languages are numbered. A traveler to the future, a century from now, is likely to notice two things about the language landscape of Earth. One, there will be vastly fewer languages. Two, languages will often be less complicated than they are today—especially in how they are spoken as opposed to how they are written.

Some may protest that it is not English but Mandarin Chinese that will eventually become the world’s language, because of the size of the Chinese population and the increasing economic might of their nation. But that’s unlikely. For one, English happens to have gotten there first. It is now so deeply entrenched in print, education and media that switching to anything else would entail an enormous effort. We retain the QWERTY keyboard and AC current for similar reasons.

Also, the tones of Chinese are extremely difficult to learn beyond childhood, and truly mastering the writing system virtually requires having been born to it. In the past, of course, notoriously challenging languages such as Greek, Latin, Aramaic, Arabic, Russian and even Chinese have been embraced by vast numbers of people. But now that English has settled in, its approachability as compared with Chinese will discourage its replacement. Many a world power has ruled without spreading its language, and just as the Mongols and Manchus once ruled China while leaving Chinese intact, if the Chinese rule the world, they will likely do so in English.

Yet more to the point, by 2115, it’s possible that only about 600 languages will be left on the planet as opposed to today’s 6,000. Japanese will be fine, but languages spoken by smaller groups will have a hard time of it. Too often, colonialization has led to the disappearance of languages: Native speakers have been exterminated or punished for using their languages. This has rendered extinct or moribund, for example, most of the languages of Native Americans in North America and Aboriginal peoples of Australia. Urbanization has only furthered the destruction, by bringing people away from their homelands to cities where a single lingua franca reigns.

Even literacy, despite its benefits, can threaten linguistic diversity. To the modern mind, languages used in writing, with its permanence and formality, seem legitimate and “real,” while those that are only spoken—that is, all but a couple hundred of them today—can seem evanescent and parochial. Few illusions are harder to shed than the idea that only writing makes something “a language.” Consider that Yiddish is often described as a “dying” language at a time when hundreds of thousands of people are living and raising children in it—just not writing it much—every day in the U.S. and Israel.

It is easy for speakers to associate larger languages with opportunity and smaller ones with backwardness, and therefore to stop speaking smaller ones to their children. But unless the language is written, once a single generation no longer passes it on to children whose minds are maximally plastic, it is all but lost. We all know how much harder it is to learn a language well as adults.

In a community where only older people now speak a language fluently, the task is vastly more difficult than just passing on some expressions, words and word endings. The Navajo language made news recently when a politician named Chris Deschene was barred from leading the Navajo nation because his Navajo isn’t fluent. One wishes Mr. Deschene well in improving his Navajo, but he has a mountain to climb. In Navajo there is no such thing as a regular verb: You have to learn by heart each variation of every verb. Plus it has tones.

That’s what indigenous languages tend to be like in one way or another. Languages “grow” in complexity the way that people pick up habits and cars pick up rust. One minute the way you mark a verb in the future tense is to use will: I will buy it. The next minute, an idiom kicks in where people say I am going to buy it, because if you are going with the purpose of doing something, it follows that you will. Pretty soon that gels into a new way of putting a verb in the future tense with what a Martian would hear as a new “word,” gonna.

In any language that kind of thing is happening all the time in countless ways, far past what is necessary even for nuanced communication. A distinction between he and she is a frill that most languages do without, and English would be fine without gonna alongside will, irregular verbs and much else.

These features, like he versus she, certainly don’t hurt anything. A language isn’t something that can be trimmed like a bush, and children have no trouble picking up even the weirdest of linguistic frills. A “click” language of southern Africa typically has not just two or three but as many as dozens of different clicks to master (native speakers have a bump on their larynx from producing them 24/7). For English speakers, it seems hard enough that Mandarin Chinese requires you to distinguish four tones to get meaning across, but in the Hmong languages of Southeast Asia, any syllable means different things according to as many as eight tones.

But the very things that make these languages so fabulously rich also makes it hard to revive them once lost—it’s tough to learn hard stuff when you’re grown, busy and self-conscious. There are diligent efforts to keep various endangered languages from dying, but the sad fact is that few are likely to lead to communities raising children in the language, which is the only way a language exists as its full self.

Instead, many communities, passing their ancestral language along by teaching it in school and to adults, will create new versions of the languages, with smaller vocabularies and more streamlined grammars. The Irish Gaelic proudly spoken by today’s English-Gaelic bilinguals is an example, something one might call a “New Gaelic.” New versions of languages like this will be part of a larger trend, growing over the past few millennia in particular: the birth of languages less baroquely complicated than the linguistic norm of the premodern world.

The first wave in this development occurred when technology began to allow massive, abrupt population transfers. Once large numbers of people could cross an ocean at one time, or be imported by force into a territory, a new language could end up being learned by hordes of adults instead of by children. As we know from our experiences in the classroom, adults aren’t as good at mastering the details of a language as toddlers are, and the result was simpler languages.

Vikings, for example, invaded England starting in the eighth century and married into the society. Children in England, hearing their fathers’ “broken” Old English in a time when schooling was limited to elites and there was no media, grew up speaking that kind of English, and the result was what I am writing now. Old English bristled with three genders, five cases and the same sort of complex grammar that makes modern German so difficult for us, but after the Vikings, it morphed into modern English, one of the few languages in Europe that doesn’t assign gender to inanimate objects. Mandarin, Persian, Indonesian and other languages went through similar processes and are therefore much less “cluttered” than a normal language is.

The second wave of simplification happened when a few European powers transported African slaves to plantations or subjected other people to similarly radical displacements. Adults had to learn a language fast, and they learned even less of it than Vikings did of English—often just a few hundred words and some scraps of sentence structure. But that won’t do as a language to fully live in, and so they expanded these fundamentals into brand-new languages. Now these languages can express any nuance of human thought, but they haven’t existed long enough to also dangle unnecessary things like willfully irregular verbs. These are called Creole languages.

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